La cromatografía es una técnica química mediante la cual se separa físicamente una mezcla en las partes que la componen. Se trata de una técnica muy eficaz que se utiliza en múltiples industrias, desde la alimentación hasta la farmacéutica y en todas las ramas de la ciencia. A menudo, es la única forma de separar los componentes, hasta el nivel molecular, de mezclas complejas.
La cromatografía líquida y la cromatografía de gases son las formas predominantes dentro del campo de la cromatografía. Estas técnicas ampliamente utilizadas incluyen múltiples tipos de cromatografía. Por ejemplo, la cromatografía líquida de alto rendimiento (HPLC) es un proceso rápido y eficaz que se utiliza para mantener la pureza del producto y separar diferentes moléculas, como principios activos de fármacos, proteínas y ácidos nucleicos. La cromatografía líquida de ultra alto rendimiento (UHPLC) lleva este proceso a otro extremo, utilizando columnas de tamaño de partícula muy pequeño y aparatos capaces de manejar presiones superiores a 600 bar.
En general, la cromatografía comienza con una muestra que contiene componentes individuales que es necesario separar e identificar. Los componentes de la muestra pueden estar en forma sólida o líquida. La mezcla de la muestra puede ser líquida (para cromatografía líquida) o estar en estado gaseoso (para cromatografía de gases).
En la cromatografía pueden distinguirse dos fases, la fase móvil y la fase estacionaria. La fase móvil lleva la mezcla de la muestra hasta la fase estacionaria o rompe su interacción con dicha fase estacionaria durante la elución. En la cromatografía líquida, la muestra debe ser compatible con la fase móvil. Para la cromatografía de gases, la muestra, cuando se incorpora al proceso, se convertirá en un gas si partimos de una muestra en estado líquido.
Con respecto a la fase estacionaria, la mezcla de la muestra se mueve a través de un segundo material, a menudo una fase de sílice, que interactúa con los analitos de la muestra de forma diferente en función de sus propiedades químicas y físicas. Esto conduce a una migración diferencial a través de la columna que, a continuación, separa las moléculas que posteriormente son detectadas por el sistema y aparecen como picos en un cromatograma.
La HPLC en fase inversa permite separar los analitos en función de su hidrofobicidad, mientras que el intercambio de iones se utiliza para analitos cargados. Entre otras técnicas se incluyen la cromatografía de exclusión por tamaño molecular o SEC (GPC/GFC) que permite separar las moléculas por su tamaño o forma, y la cromatografía de interacción hidrofóbica (HIC) que, al igual que la fase inversa, separa las moléculas en función de su hidrofobicidad, pero se emplea con más frecuencia para biomoléculas, ya que es una técnica menos agresiva que mantiene intacta la estructura de las proteínas.
La cromatografía de fase normal se utiliza para más analitos polares, al igual que la cromatografía líquida de interacción hidrofílica (HILIC). Si bien también se pueden utilizar tipos de cromatografía más especializados para moléculas quirales así como retener y purificar tipos muy específicos de moléculas mediante cromatografía de afinidad.